La Bioespeleología: un mundo por descubrir

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sábado, 14 de julio de 2012

Nuevas especies hipogeas en la Cordillera Cantábrica

Recientemente, se ha publicado un trabajo sobre la revisión de un género de coleópteros leiódidos de la Cornisa Cantábrica en la prestigiosa revista Animal Biodiversity and Conservation en el volumen 35.1 (2012) del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.


El trabajo ha sido firmado por especialistas e investigadores de primera línea a nivel mundial al respecto, todos catedráticos y/o doctores, y con grandes conocimientos del mundo subterráneo: J.M. Salgado, C.G. Luque, L. Labrada, J. Fresneda e I. Ribera, titulado: "Revisión del género Cantabrogeus Salgado, 2000, con la descripción de tres nuevas especies hipogeas endémicas de la Cordillera Cantábrica (Coleoptera, Leiodidae, Cholevinae, Leptodirini)". Exponemos el resumen extraído del enlace siguiente, donde podéis descargar el archivo completo: PINCHA AQUÍ PARA WEB:

Resumen:
Se revisan las dos especies previamente descritas del género Cantabrogeus (Coleoptera, Leiodidae, Cholevinae, Leptodirini), y se describen tres especies nuevas: Cantabrogeus antimachus sp. n., C. cultellus sp. n. y C. fresnedai sp. n. Una de ellas (C. antimachus sp. n.) es triploide (3n = 33) y la primera especie partenogenética conocida de Leiodidae. Se analizan y se discuten las relaciones existentes entre los diferentes taxones a partir de los caracteres morfológicos externos y las estructuras de los aparatos genitales masculino y femenino, así como las áreas cársticas que colonizan las diferentes especies en la zona cantábrica (NO ibérico). El análisis de datos moleculares (fragmentos de siete genes mitocondriales y nucleares) confirma la monofilia de Cantabrogeus y su proximidad filogenética con el género Fresnedaella, así como su inclusión dentro de la serie Quaestus, que es parafilética. La especie partenogenética (C. antimachus sp. n.) ocupa una posición derivada dentro del género Cantabrogeus, que, de acuerdo con estimas de la tasa de variación molecular basadas en estudios previos, probablemente se diversificó durante el Plioceno–Pleistoceno en las zonas cársticas cántabras, que son de una alta complejidad tectónica.

Desde aquí damos la enhorabuena a todos los autores de este trabajo, en especial a nuestro gran amigo Javier Fresneda, por ser uno de los especialistas que nos identifica el material colectado en nuestras exploraciones.