A través del Dr. Pedro Oromí, nos ha llegado esta noticia publicada en www.canariasahora.es (donde hemos extraído texto y fotografías):
Este hallazgo supone toda una revolución para este tipo de formaciones volcánicas, ya que su antigüedad se remonta mucho más atrás que la atribuida hasta ahora.
Un grupo de montañeros y biólogos ha descubierto en el municipio de La Aldea, en la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria, uno de los tubos volcánicos más antiguos del mundo, formado hace 14 millones de años, en el que han proliferado dos especies de insectos desconocidas hasta la fecha.
Este hallazgo, hecho público este jueves por el Cabildo de Gran Canaria, supone toda una revolución para este tipo de formaciones volcánicas, ya que su antigüedad se remonta mucho más atrás que la atribuida al que hasta ahora se consideraba como el más antiguo de España: la cueva del Llano, en Fuerteventura, que tiene un millón de años.
El tubo se encuentra en la montaña de Aslobas -una pirámide basáltica casi perfecta que se levanta entre los barrancos de Tasarte y Tasartico-, tiene 47 metros de desarrollo y está habitado por dos especies de insectos adaptadas a una vida en completa oscuridad y casi sin nutrientes, no catalogadas hasta ahora.
El biólogo Manuel Naranjo, portavoz de la Sociedad Entomológica Canaria Melansis, la agrupación responsable del descubrimiento, ha explicado este jueves que la datación que se otorga a este tubo lo sitúa en los momentos en los que se formó el escudo volcánico que dio origen a la isla de Gran Canaria, durante el Mioceno.
Además, ha recalcado que apenas se conocen otros tubos volcánicos de más antigüedad en todo el mundo, con la salvedad de algunas formaciones en Australia a las que se calculan 30 millones de años.
Esta sociedad científica ya publicó hace unos años un catálogo sobre la fauna cavernícola de Gran Canaria, tras un trabajo de inspección de diversas grutas que apenas tocó los barrancos de la Reserva de la Biosfera, al oeste de la isla, porque se consideraba que, por sus características geológicas, se trataba de un terreno muy poco propicio para el desarrollo de este tipo de vida.
Sin embargo, sus responsables decidieron explorar la montaña de Aslobas tras haber sido avisados por un grupo de montañeros de la existencia de una cueva, con apariencia volcánica y humedad, elemento este clave para que se instalan especies animales.
Allí se encontraron con un pequeño tubo no muy largo, pero con un desarrollo laberíntico que sugiere que puede ser el último vestigio de una formación volcánica mucho más larga, "kilométrica".
En un ambiente con 24 grados de temperatura y 94% de humedad relativa, constataron la presencia de dos nuevas especies de invertebrados: una pequeña cucaracha completamente ciega (Symploce sp.n) y una cochinilla despigmentada, adaptadas ambas a sobrevivir con los pocos nutrientes que arrastran las filtraciones de agua.
También hallaron una zona de antiguas arcillas de las que han tomado muestras para analizar, porque creen que cabe la posibilidad de que en ellas estén atrapados granos de polen que revelen información sobre cuál era la flora que existía en Gran Canaria en los momentos iniciales de formación de la isla.
Además, han recuperado fragmentos de cerámica, presumiblemente prehispánica, y restos óseos de lagartos gigantes, conejos y ratas comunes, así como de la extinta rata gigante de Gran Canaria.
El presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna, ha subrayado la importancia de este descubrimiento y ha recordado que se ha producido dentro de las distintas actividades puestas en marcha para reactivar la Reserva de la Biosfera.
Bravo de Laguna ha señalado que el Cabildo está abierto a que grupos de las dos universidades canarias y de otros organismos científicos del resto de España participen en el estudio de este tubo volcánico y de las distintas líneas de trabajo que se abren.
Enhorabuena a los descubridores, investigadores y espeleólogos.